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Por ello, conviene conocer cómo reacciona el organismo ante esta sustancia y cuáles pueden ser las principales consecuencias.
Beber alcohol se ha convertido en un hábito establecido. Es una sustancia tóxica para el organismo, y mientras que en dosis bajas y su uso esporádico tiene un efecto rápidamente reversible, su uso excesivo y prolongado acarrea consecuencias indeseables para el organismo.
El alcohol provoca efectos a corto plazo que se manifiestan como intoxicación por alcohol, que en casos extremos puede llevar al coma y la muerte.
• La primera fase es la intoxicación alcohólica leve, también llamada intoxicación, que provoca efectos agudos en el sistema nervioso central: euforia, agitación, desinhibición y conducta impulsiva.
• Con el consumo continuado de alcohol se produce una intoxicación grave: intoxicación, desequilibrio y coordinación.
• En etapas posteriores, hay alteración del nivel de conciencia: confusión, somnolencia, letargo, vómitos y estupor.
1. Problemas con el estómago, por ejemplo, gastritis aguda.
2. Trastornos del ritmo cardíaco (arritmias), especialmente cuando se mezcla con otras sustancias (drogas).
3. Graves problemas a nivel social y familiar.
4. Accidentes de tráfico o relaciones sexuales peligrosas (enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados).
A largo plazo y con el consumo crónico de alcohol, se producen daños irreversibles en el organismo. Además, cuanto más temprano se inicia el consumo, que suele ocurrir en la adolescencia, mayor es el riesgo de estos efectos nocivos.
El alcohol es particularmente tóxico para las neuronas, causando daños y trastornos irreversibles en el sistema nervioso.
Se asocia al desarrollo de demencias (pérdida de memoria y deterioro cognitivo), enfermedades como el síndrome de Wernicke-Korsakoff, así como trastornos del sueño y del carácter además de trastornos asociados al grado de dependencia del alcohol (síndrome de abstinencia, encefalopatía alcohólica, etc.) .).
En el aparato digestivo, puede afectar a cualquier órgano tanto en uso episódico como crónico, favoreciendo la aparición de enfermedades del esófago (esofagitis, enfermedad por reflujo), estómago (gastritis, sangrado gástrico), hígado (cirrosis hepática) y páncreas ( pancreatitis aguda y crónica). El consumo excesivo se asocia con cáncer de estómago, laringe, esófago y páncreas.
Además, su consumo crónico genera problemas nutricionales porque aporta una gran cantidad de calorías con muy poco valor nutricional (“calorías vacías”), interfiere en la absorción de ciertos minerales y vitaminas y suprime el apetito.
El consumo de alcohol conduce a un aumento de la actividad cardíaca. Puede elevar la presión arterial. Provoca daños en el corazón, cuya manifestación más típica es la miocardiopatía dilatada, daño en el músculo cardíaco que se debilita y provoca una insuficiencia cardíaca muy grave.
Interfiere con la producción de glóbulos blancos y rojos, lo que provoca una anemia llamada anemia megaloblástica y un mal funcionamiento del sistema inmunitario debido a una disminución en la cantidad de glóbulos blancos, lo que hace que los alcohólicos sean más susceptibles a las infecciones.
Beber alcohol durante el embarazo puede causar el síndrome alcohólico fetal (FAS, por sus siglas en inglés), un término usado para agrupar una amplia variedad de trastornos que un bebé puede desarrollar cuando se expone al alcohol durante el embarazo. Estos incluyen malformaciones morfológicas (especialmente defectos craneofaciales), retraso del crecimiento y trastornos cognitivos, conductuales y de socialización.
Efectos sobre el sistema nervioso central | El alcohol es particularmente tóxico para las neuronas, causando daños y trastornos irreversibles en el sistema nervioso. |
Impacto en el tracto gastrointestinal | En el aparato digestivo, puede afectar a cualquier órgano tanto en uso episódico como crónico, favoreciendo la aparición de enfermedades del esófago (esofagitis, enfermedad por reflujo), estómago (gastritis, sangrado gástrico), hígado (cirrosis hepática) y páncreas ( pancreatitis aguda y crónica). |
Impacto en el sistema cardiovascular | El consumo de alcohol conduce a un aumento de la actividad cardíaca. |
Efecto en la sangre | Interfiere con la producción de glóbulos blancos y rojos, lo que provoca una anemia llamada anemia megaloblástica y un mal funcionamiento del sistema inmunitario debido a una disminución en la cantidad de glóbulos blancos, lo que hace que los alcohólicos sean más susceptibles a las infecciones. |
Impacto en el embarazo y el feto | Beber alcohol durante el embarazo puede causar el síndrome alcohólico fetal (FAS, por sus siglas en inglés), un término usado para agrupar una amplia variedad de trastornos que un bebé puede desarrollar cuando se expone al alcohol durante el embarazo. |
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