La receta, de hecho, es muy simple: para aprender a hablar bellamente, necesitas … hablar. Esto es cierto. Aprende a hablar cara a cara. Contar historias, tramas de libros o películas, noticias o impresiones. Intenta usar frases nuevas que no hayas usado antes. Inclúyelo en tu vida conscientemente.
El habla escrita también ayudará a resolver el problema de cómo aumentar la cantidad de palabras utilizadas. Escribir cartas. Publicar en foros o redes sociales. Trate de escribir artículos o ensayos. Mantenga un diario.
Seleccione cuidadosamente palabras y frases, busque sinónimos: la práctica y la práctica son importantes en este asunto.
Hablar en público y las conversaciones responsables ayudan a enriquecer muy bien el discurso. Haz un boceto en papel con anticipación. Practique, busque diferentes opciones que reflejen de la manera más precisa y completa su punto de vista. Si tiene que hablar frente a una gran audiencia, haga que el discurso sea brillante y rico, en lugar de aburrido y sin emociones.
Aprende de memoria versos, vuelve a contar textos. Es importante no solo contar el texto, sino hacerlo lo más cerca posible del estilo del autor, prestando atención a las nuevas palabras y unidades fraseológicas. Dígale emocionalmente, con expresión, entonces será más fácil recordar nuevas frases.
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Nuestro vocabulario pasivo se repone constantemente. Básicamente, esto ocurre en dos casos: mientras escuchamos y mientras leemos. Por lo que su llenado comienza en la propia infancia. Memorizar palabras a propósito no tiene mucho sentido: permanecerán pasivos.
La selección de sinónimos ayuda a activar muy bien el stock pasivo. Hay toda una serie de juegos interesantes cuando algún fenómeno u objeto necesita ser descrito en frases, excluyendo el uso de palabras familiares y de uso frecuente de la lista. Puede organizar tales juegos en una compañía amigable o hacer ejercicio solo.
Es útil hacer listas de sinónimos. Por ejemplo, un diccionario de sentimientos. Escribe todos los sentimientos que conoces en una columna y trata de escribir tantos sinónimos como sea posible junto a ellos. Por supuesto, es importante no solo escribirlos, sino también usarlos en su discurso hablado y escrito.
Otro ejercicio útil y entretenido: componemos una historia usando solo sustantivos. O verbos. O – lo más difícil – adjetivos. ¿Recuerda? «Noche. El exterior. Linterna. Farmacia». ¿Cómo puedes continuar?
Aquí también hay otras opciones: componer una historia donde las palabras comiencen con cada letra del alfabeto en orden. O todas las palabras con una sola letra. Es importante que la historia esté conectada.
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