Cómo perdonar una ofensa y por qué es muy importante hacerlo
A menudo nos ofendemos con los seres queridos, con el destino e incluso con nosotros mismos. ¿Por qué este fenómeno es tan común en nuestras vidas?
El resentimiento aparece como respuesta al surgimiento de una importante disonancia entre lo deseado y lo real, entre lo esperado y lo recibido. «Parpadea» como una reacción a una injusticia percibida hacia uno mismo. Cada persona puede experimentar “inyecciones” de resentimiento, pero las personas delicadas se quedan atrapadas en este sentimiento durante mucho tiempo, mientras que otras logran superar rápidamente el resentimiento.
El quisquilloso se perjudica, en primer lugar, a sí mismo, porque al ofenderse pierde la flexibilidad y la adecuación del pensamiento, el impulso de la libertad
y, finalmente, el buen humor. Algunos investigadores argumentan que, como resultado del resentimiento, una persona puede desarrollar dolencias físicas, desde psicosomáticas leves hasta oncológicas. Desde un punto de vista espiritual y religioso, el resentimiento es un pecado grave para el alma humana.