Si sientes fatiga constante, tristeza y, al mismo tiempo, estrés psicológico, es posible que padezcas distimia.
Fuente de la foto: Fotografía JLM / CC BY-NC-ND
La distimia es la denominada depresión crónica con ansiedad. Su curso suele ser más leve que el de la depresión «normal», lo que dificulta el reconocimiento de los síntomas.
Fatiga, tristeza, falta de motivación para actuar: así se manifiesta la distimia, es decir, depresión crónica, que puede durar años. Desde el exterior, puede parecer, por ejemplo, una pereza ordinaria, pero este es un trastorno grave que requiere tratamiento.
Por lo tanto, si observa los síntomas descritos en usted mismo, que duran meses y años, no los descuide. Porque la distimia es un mal estado de ánimo (la distimia es mala, la timia es un estado de ánimo) y no un rasgo de carácter.
Depresión y distimia: cómo distinguirlas
La distimia se diagnostica cuando una tristeza indefinible ha acosado al paciente durante al menos dos años. Esto puede ir acompañado de alteraciones del apetito y del sueño, problemas de concentración, dificultad para tomar decisiones, baja autoestima, sensación general de desesperanza, aburrimiento y vacío interior. Estos síntomas suelen ir acompañados de una sensación de tensión mental, preocupación irrazonable y, a veces, miedo.
Las causas de la distimia pueden ser tanto biológicas como genéticas. Sin embargo, algunos estudios apuntan al carácter neurótico de esta enfermedad crónica y al papel de los factores ambientales. La distimia a veces se acompaña de trastornos de personalidad: retraimiento, trastornos obsesivos y fobia social.
Si no se trata, la distimia puede durar toda la vida. El tratamiento consiste en una combinación de psicoterapia con antidepresivos. Su eficiencia es superior al 60%.